noviembre 05, 2009

La dosis perfecta.

Hoy con el deseo y ansias de desahogo que traigo dentro y con toda la intención de plasmar en este indiferente espacio algo que aligere el alma, decidí usarte a ti como mi principal musa.

Cada día me levantó con todas las ganas de despertarte y es que me duele verte así, encontrarte agonizando me destruye a mi también. Me mata ver como ese maldito virus te consume cada día más y me desespero al saber que somos contados los que buscamos ayudarte. Todos estamos sufriendo y, sin embargo, no hacemos intento para salvarte. Me encabrona la impotencia de tener la cura frente a nuestros ojos, pero no poder verla y quienes pueden prefieren cerrar los ojos y fingir que no hay nada. Esta ahí, pero con la mirada perdida todos caminan dispersos para salvarse y se olvidan del objetivo principal, tú.

En verdad duele saber que no te queda mucho tiempo, me duele saber que no podré seguir contigo y que tendré que abandonarte para dejarte morir solo. ¿Pero que pasaría si todos decidiéramos quitarnos la puta venda de los ojos e inyectarte esa dosis perfecta de armonía que te hace falta? ¿Por qué no tomar ese antídoto de la violencia y dártelo en pastillitas? ¿Por qué tu gente se esmera en destruirte? ¿Por que chingados no podemos ayudarte?

1 comentario:

ROBERTO CASTILLO dijo...

Hermano que buen post hizo usted, debemos empezar por nosotros mismos antes de querer cambiar a nuestro gobierno, VIVA MÉXICO!