noviembre 22, 2009

Dulce invierno.

Ya puedo oler la melancolía, el aire helado eriza mi piel, se exaltan mis pensamientos, la inspiración toca mi puerta y escucho el delicioso sonido de tu ausencia. Por fin llego el invierno. Aún desconozco la razón, pero como me encanta sentir este puto frío. Es tiempo de crear ideas, de mandar a la chingada muy lejos esta triste y cansada cotidianidad. Es hora de abrir el empolvado cajón de los recuerdos y llenarlo de envidias, experiencias, risas, regaños, amores, lagrimas y seducciones. Es tiempo de desvelarse (con exquisita música de Valdemar y Ocersanky de fondo) pensando en todas aquellas cosas que nos atormentan y escribir las palabras que me dicte esta hermosa sensación, es invierno.

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