noviembre 15, 2009

Reconciliación.

Aquí estoy, escribiendo. Después de olvidar mi pluma y mi cuaderno, he regresado, me he reconciliado con la soledad y el fracaso. De nuevo estoy aquí, desahogando mi alma, vaciando mi mente, arrepintiéndome de cada una de mis pendejadas, armando el puto rompecabezas de mi corazón que volvieron a deshacer en mil pedazos. Las ideas fluyen inesperadamente, la tristeza me invade, se apodera de mi cuerpo, de mi alma, otra vez la noche me intimida, otra vez me inundo en lagrimas, otra vez reencarnan mis heridas y me doy cuenta que no, esto no es lo mió, porque nunca aprenderé a no amar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

porque tal vez naciste para amar....

Bárbara Gómez dijo...

osh! escribes tan bien que cuando te leo me azoto porque transmites muy bien lo que sientes...

no sé si felicitarte o darte una patada (ntc, indudablemente, felicitaciones)

César Fajardo dijo...

jaja! Gracias, la admiración es reciproca!! Aunque intentaré meterle a El Microbús cosillas más divertidas, basta de cortarse las venas!!