Muy antiguo texto de protesta que escribí en el extinto Bohemian Space.
Camino por las calles
Entre el ruido y avenidas
Entre coches y semáforos
Intentando sobrevivir
Busco, mas no encuentro una razón para seguir
Las ratas ya me muerden los zapatos
Transitar las avenidas es más difícil
Que conseguir un asqueroso trabajo
Necesito salir de aquí
La bocina de los coches es la canción que escucho a diario
El tráfico, el sujeto de todos mis enunciados
Necesitamos hacer algo, pues esta ciudad
Se nos esta yendo al carajo
Todos queremos salvarnos
Pero sólo nos hacemos daño
Ya hasta los niños te asaltan
Si desde chiquitos se les enseña a robarnos
El gobierno se ha convertido en un lago
Inundado de peces gordos y mal educados
Que se pasean en sus lujosos autos
La corrupción nos acosa por todos lados
La violencia nos ha segado
Estamos paralizados
El miedo nos tiene atrapados
El temor a la calle nos ha encadenado
Mientras los policías gordos y malcriados
Buscan como sacarnos más “baro”
Escucho al país quejarse de la corrupción
Mas no se esfuerzan en encontrar una solución
Todos quieren acabar con la pobreza
Pero no buscan la manera
Creen que todo se puede arreglar gritando “pinche gobernador”
Tengo tanto temor de vivir así
No quiero seguir aquí
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febrero 08, 2010
diciembre 31, 2009
Bienvenido 2010.
Con todo el alcohol, pachanga y buenos deseos posibles le abrimos las puertas al 2010. A ver que tanto nos regala. Por lo pronto El Microbús regresa a las andadas y que mejor día para hacerlo que el primer día del año. Me encantan los primeros de enero porque es el día en el que todos "ahora si vamos a cambiar" Ya saben:
"Nada más estos romeritos y ahora si me voy a poner a dieta"
"éste último y ya dejo de fumar"
"ya me voy a poner bien mamado"
"Jefa ora si ya voy a sacar buenas calificaciones"
"Osh! Este año ya me consigo un novio"
Quien sabe porque, pero como nos encanta prometernos cosas a lo güey. No es que yo sea bien aguafiestas, pero la verdad es que nunca cumplimos NADA. Siempre llega el siguiente año y seguimos igual o más gordos. Eso de los propósitos de año nuevo y el rollo de las uvas es mero tramite pa' iniciar el año con una crudota y bien entusiasmados. Pero basta con que llegue el dos de enero y guardamos nuestros buenos propósitos junto a los sombreritos de "Happy New Year" en lo más profundo del cajón y no los volvemos a sacar hasta 365 días después. Es por eso que este año decidí proponerme no hacer más propósitos.
noviembre 26, 2009
noviembre 05, 2009
La dosis perfecta.
Hoy con el deseo y ansias de desahogo que traigo dentro y con toda la intención de plasmar en este indiferente espacio algo que aligere el alma, decidí usarte a ti como mi principal musa.
Cada día me levantó con todas las ganas de despertarte y es que me duele verte así, encontrarte agonizando me destruye a mi también. Me mata ver como ese maldito virus te consume cada día más y me desespero al saber que somos contados los que buscamos ayudarte. Todos estamos sufriendo y, sin embargo, no hacemos intento para salvarte. Me encabrona la impotencia de tener la cura frente a nuestros ojos, pero no poder verla y quienes pueden prefieren cerrar los ojos y fingir que no hay nada. Esta ahí, pero con la mirada perdida todos caminan dispersos para salvarse y se olvidan del objetivo principal, tú.
En verdad duele saber que no te queda mucho tiempo, me duele saber que no podré seguir contigo y que tendré que abandonarte para dejarte morir solo. ¿Pero que pasaría si todos decidiéramos quitarnos la puta venda de los ojos e inyectarte esa dosis perfecta de armonía que te hace falta? ¿Por qué no tomar ese antídoto de la violencia y dártelo en pastillitas? ¿Por qué tu gente se esmera en destruirte? ¿Por que chingados no podemos ayudarte?
Cada día me levantó con todas las ganas de despertarte y es que me duele verte así, encontrarte agonizando me destruye a mi también. Me mata ver como ese maldito virus te consume cada día más y me desespero al saber que somos contados los que buscamos ayudarte. Todos estamos sufriendo y, sin embargo, no hacemos intento para salvarte. Me encabrona la impotencia de tener la cura frente a nuestros ojos, pero no poder verla y quienes pueden prefieren cerrar los ojos y fingir que no hay nada. Esta ahí, pero con la mirada perdida todos caminan dispersos para salvarse y se olvidan del objetivo principal, tú.
En verdad duele saber que no te queda mucho tiempo, me duele saber que no podré seguir contigo y que tendré que abandonarte para dejarte morir solo. ¿Pero que pasaría si todos decidiéramos quitarnos la puta venda de los ojos e inyectarte esa dosis perfecta de armonía que te hace falta? ¿Por qué no tomar ese antídoto de la violencia y dártelo en pastillitas? ¿Por qué tu gente se esmera en destruirte? ¿Por que chingados no podemos ayudarte?
julio 30, 2009
Yo no me quejo.
Normalmente acostumbro encender la televisión en cualquiera de los dos noticieros nocturnos de las principales cadenas mexicanas (no tengo algún preferido, por lo tanto los campechaneo día con día.) Me sirvo mis Choco Crispis y me acuesto a escuchar las noticias más “relevantes” del día mientras leo alguna revista o checo el Facebook para ver qué nuevo e inútil quiz hay. Como lo mencione, es algo que ya se ha hecho costumbre en mi vida cotidiana, sin embargo, el día de hoy decidí ponerle especial atención al noticiero. Fue algo que me dejo realmente consternado, pues a pesar de que noche tras noche escucho sobre los crímenes que, desgraciadamente, se han convertido en hechos “normales” para la sociedad, nunca me había puesto a pensar en la complicada situación en que vive este pobre y moribundo país, que es el mío y el tuyo.
Yo se que tal vez no cuento con la experiencia suficiente y sobre todo con la credibilidad para comentar el tema, pero estos diecisiete pinches años me bastan para saber que este no es el camino correcto y que este sistema no funciona. No me voy a poner a criticar a este fracturado gobierno, al contrario, pues soy de aquellos que creen fielmente en la leyenda: “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.” Y es que esto es lo que nos hemos ganado. Dejemos a un lado el cansado tema de la democracia y que somos “nosotros” quienes elegimos a “ellos.” En mi opinión ninguno de nosotros tiene el derecho de decir esas ya habituales frases como “pinche gobierno corrupto”, “prometen y nunca cumplen” o “estaríamos mejor con López Obrador.” Porque ¿nosotros quien chingados somos para quejarnos? Me encantaría conocer aquella persona que nunca ha copiado en un examen, que nunca se ha estacionado en un lugar prohibido, que nunca se ha pasado un alto, que nunca ha dado mordida, que nunca ha llamado por celular en un gasolinera, que nunca se ha bajado de un microbús por la puerta delantera, que nunca ha entrado a un banco con lentes obscuros o gorra, que nunca ha excedido el límite de velocidad, que nunca haya dado una vuelta prohibida, que nunca ha dejado la popo de su perro en la calle o que nunca haya cruzado una avenida bajo un puente peatonal. Me encantaría conocer alguna persona que nunca haya hecho nada de esto, pues sólo así tendría derecho a quejarse de su gobierno.
Yo se que tal vez no cuento con la experiencia suficiente y sobre todo con la credibilidad para comentar el tema, pero estos diecisiete pinches años me bastan para saber que este no es el camino correcto y que este sistema no funciona. No me voy a poner a criticar a este fracturado gobierno, al contrario, pues soy de aquellos que creen fielmente en la leyenda: “Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.” Y es que esto es lo que nos hemos ganado. Dejemos a un lado el cansado tema de la democracia y que somos “nosotros” quienes elegimos a “ellos.” En mi opinión ninguno de nosotros tiene el derecho de decir esas ya habituales frases como “pinche gobierno corrupto”, “prometen y nunca cumplen” o “estaríamos mejor con López Obrador.” Porque ¿nosotros quien chingados somos para quejarnos? Me encantaría conocer aquella persona que nunca ha copiado en un examen, que nunca se ha estacionado en un lugar prohibido, que nunca se ha pasado un alto, que nunca ha dado mordida, que nunca ha llamado por celular en un gasolinera, que nunca se ha bajado de un microbús por la puerta delantera, que nunca ha entrado a un banco con lentes obscuros o gorra, que nunca ha excedido el límite de velocidad, que nunca haya dado una vuelta prohibida, que nunca ha dejado la popo de su perro en la calle o que nunca haya cruzado una avenida bajo un puente peatonal. Me encantaría conocer alguna persona que nunca haya hecho nada de esto, pues sólo así tendría derecho a quejarse de su gobierno.

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